La estrechez de los intereses que han conducido el Estado y la política, en especial la económica, se ha transformado en catástrofe que se manifiesta como parálisis de las fuerzas productivas, principio del fin de la soberanía, degradación total de la administración del Estado.
La población ha sido forzada a la esclavitud migratoria y a la guerra de “bajísima y mínima intensidad”, de prolongada duración y elevada rentabilidad para sus promotores.
Los dineros no productivos de la aún insustituible élite ascienden y descienden mientras ella manipula exitosamente el círculo vicioso de su control.
Este grupo de poder es encubierto por la comunidad financiera que, a cada instante, reengendra ineficacia, incapacidad e incalculable especulación monetaria, financiera y crediticia. La impunidad es una parte de su técnica y el celestinaje, la otra.
El pago de la deuda externa ecuatoriana, eje del presupuesto del Estado, constituye el 43%. Así se disimula que la renegociación incrementó la deuda, las tasas de interés y consolidó este concertaje post-moderno. Las renegociaciones y la actual reducción de la alícuota anual destinada a su servicio se enmarcan en espacios cuasi delictivos.
FMI, BM, BID y CAF saben que sus operaciones incrementan deudas y que la eficiencia de esos gastos es nula. Lo demuestra la miseria del subdesarrollo, el premeditado desentendimiento de los países desarrollados y centenares de acreedores invisibles enriquecidos sin límite.
La degradación mayor del continente, no solo la de Ecuador, es la de esa comunidad no calificada ni juzgada.
El sentido de la reforma tributaria es cubrir la usura de esa deuda, el costo de una política militar y las demandas especulativas de la banca. Ese endeudamiento debe tratarse con fuerzas multinacionales. Ecuador debe plantear este problema dentro del ALCA.
Enviando genios de comisión y firmando “iniciativas”, cartas y notas de intención el resultado seguirá siendo la obediencia de los mandatarios, la mas barata del continente.
Ecuador ya nada puede hacer sin préstamos. Ha sido mutilado, solo camina con los bastones y muletas que le otorga esta comunidad.
Del acuerdo de Bretton Woods, la Comunidad olvidó “otorgar confianza a los miembros, haciendo que los recursos del Fondo sean disponibles para ellos bajo protecciones o salvaguardias adecuadas que les proporcione la oportunidad de corregir desajustes en la balanza de pagos, sin necesidad de recurrir a medidas destructivas de la prosperidad nacional e internacional”.
Ahora que la prosperidad internacional nos destruye, necesitamos una fuerza política nueva.