El conflicto en la relación Ejecutivo-Legislativo oculta, en la disputa por el IVA, un problema real. La cuestión es particularmente política y desborda todo afán de recuperación de recursos: “está convenido con el FMI”. La aprobación del incremento al IVA marca otro momento en la decadencia y pérdida de soberanía.
El Estado ecuatoriano se prestó a convertir el territorio en zona de operaciones bélicas y ahora debe someter su política al quehacer de una estrategia militar extranjera.
A nivel internacional y en la región, la situación de Ecuador está precedida por la de la Base de Manta. Su existencia cataliza y controla la transformación de conflictos políticos, éticos y culturales (todos en descomposición) en cuestiones militares.
Subir el IVA es parte de ese proceso en el cual se titularizó la soberanía de manera semejante a como se titulariza cualquier recurso, a cambio de supuestas ayudas. Así viene siendo en la demarcación territorial, la política militar que es responsabilidad del mando civil, la política económica, la circulación monetaria y hoy, en lo tributario.
Un presupuesto como el ecuatoriano no está destinado a ser condición para el desarrollo. Sirve a acreedores internacionales, gastos militares de “interés internacional”, gastos administrativos no productivos y respaldos al aparato especulativo de la banca. Eso es todo.
Reformas políticas tales como la descentralización y, menos aún, el cambio de forma del Estado difícilmente se realizan bajo sospecha de circunstancias prebélicas. Este es también un problema central.
En Fuerzas Armadas puede evolucionar la discusión sobre si son antinarcóticas y antidelincuenciales o deberían ser lo que les dio origen, fuerzas de protección de la soberanía. Y la soberanía comprende recursos, cultura, ciencia y técnica, procesos sociales trascendentes, democracia, real voluntad ciudadana.
Es probable que las Fuerzas Armadas sientan la presión desintegradora que ejerce una potencia militar en un país acosado por la degradación de un poder “insustituible”.
Será fundamental discutir ¿para qué función de las armas debemos tributar?
El presupuesto es un pozo ciego, lleno de tenebrosas oscuridades.
La creciente pobreza y la ausencia de desarrollo productivo, desnudan una política económica que reengendra el atraso.
Lo del IVA es tema político. No solo a nivel internacional, también para el Estado y los partidos políticos ecuatorianos, cuyas declaraciones y prácticas esconden tácticas y estratagemas de diverso orden. Pero todos sufren de la misma ceguera: no observan la relación entre la pérdida de soberanía y la paz.
Es imperativo recuperar las nociones de soberanía para que esta nación sobreviva en la historia y, también desde la conciencia, podamos asumir la globalización desarrollando el proceso productivo.
De lo contrario seremos lo que ya somos: menos que Puerto Rico, porque el espíritu de Vieques está muy lejos de Manta.