De Europa, su mañana y algo mas…

Reflexiones que se inspiran en una cuasi metáfora recorren Europa, nos informan que  ‘Las luces tienden a escapar de ella…’  “The Lights are Going Out All Over Europe”…

Algo de cierto hay… El apagón no está vinculado a ningún descenso de ideologías y saberes que se divulgan en y desde ese continente. Cabría una traducción interrogativa de esa frase, ¿Va Europa a ser escenario principal, de otra guerra mundial, esta vez, la tercera?

Dudo que las motivaciones de las guerras en Europa hayan sido alguna vez verdadera y exclusivamente cristianas o islámicas, aunque ese sea el ropaje de tan memoriosas cruentas hazañas. La realidad detenta lo que la experiencia advirtió: tras cada deidad una montaña de oro está en disputa.

El sistema imperial no ostenta los dioses que tuvo y tiene. USA ha actuado permanentemente sin dios propio y con armas propias, y por ese andar hace el milagro de presidir la victoria del ‘bien’ que es su victoria y enterrar al ‘mal’ repudiado en el campo de batalla.

Europa y América han conocido el ‘milagro’ de la cristianización y es probable que al concluir el XXI se reinicie el de la islamización. Por esos caminos pronto deberán consagrarse al cultivo de nuevos hacedores de milagros para liberarse del ‘ser y no ser’ que pretendieron o reconocieron causas y azares inmediatos de todos los pueblos y, en particular, de la gran revolución francesa.

Cada vez que Europa da un paso adelante pierde a alguien y ese alguien es una circunstancia: la Europa que deja de ser. La fuerza de la gravedad es real; la migración musulmana pesa y parece recién nacida de noticias, pero dudan que se mantenga en la conclusión del paso hacia otro sino europeo, que no será el islam ni el cristianismo, versiones tempranas o tardías para orientar semejante marcha. Ya no se trata de vencer; y el islam es cobertura de una causa por doblegar: la condición imperial que recomienza a hacer de las suyas por su solitaria dominación.

Las guerras mundiales fueron inicial y básicamente europeas y la tercera aún podría reiniciarse en el mismo escenario. Al parecer, no se necesita una nueva guerra para tal democracia, la actriz bélica de ese continente generalmente contó con un actor y su ropaje. Esta vez incorpora algo de los pueblos árabes, el califato que humaniza semejante providencia y que sirve para reeditar un terror medioeval que se expresa en la aproximación y disputa entre un islam y otro cristianismo. Son momentos tardíos de horas que no volverán.

EEUU sabe que el control sobre Europa no es suficiente para fijar su destino en este 2015, momento sin guerra, teme de manera extremada ante el porvenir de Rusia frente al mundo. No obstante, una guerra con Rusia en lo inmediato no es posible, aunque cotidianamente “sea necesaria” para el ordenamiento imperial en tiempos mediatos.

Europa había exhibido ‘franqueza notable’, las dos guerras mundiales fueron previstas en murmuraciones y prensa, en cumbres intelectuales y bajos fondos de todas las clases, donde la embriaguez del tema no dejaba de burlarse (o temer) ante el porvenir bélico que recorrería el continente.

La humanidad de entonces le debe mucho a la Europa de aquel instante. Sin embargo, cabe otra pregunta, ¿por qué se anticiparon tan desgarradoramente las mas cruentas horas que definirían en el resto del mundo un arreglo apenas menos cruento que en Europa…? Y es probable que sea por aquello de que en ese continente de vez en cuando las luces se apagan para dar paso a manifestaciones horrendas de la religiosidad, nacionalismos y las guerras que simulan ser expresión de tales contiendas.

Denominaciones como inmigración musulmana (y no árabe) reeditan adjetivaciones que confiesan poseer mas temores que conciencia sobre relaciones internacionales, que Europa se debe a sí misma.

Ningún continente ha tenido tan cruenta presencia como Europa, la mayor actriz bélica que conoce el mundo.

A fines de 2015, el mundo no había logrado superar el drama del fin de la razón que cuestionaba al capitalismo y que fue la “racionalidad” que creó la ilusión del socialismo, y con eso concluyó otra etapa, un camino y reflexiones estériles y que aparecieron ineludibles.

El capitalismo fue cuestionado con vigor desde el siglo XIX, teóricamente menos desde el XX donde a ratos aparecía cierta anticipación socialista. Nada de eso existe, argumenta ni reconoce condiciones sociales y actuales.

2015, momento de relativa paz, de limitadas disputas de clases y ausencia de imaginarios destinos que nieguen esta organización social.

Hay algo aún mas dramático. Atravesamos momentos del capitalismo que aún no  puede volver a ser cuestionado desde la sola visión que expusieron Marx, Engels y Lenin en los siglos XIX y XX. La ‘recuperación’ de la exclusividad del sistema capitalista en el planeta y la supresión de reflexiones que condujeran a la aspiración y utopía socialista, en la actualidad no sirven para advertir los límites que enfrentamos ni el mañana posible. Para lograr eso es imprescindible pensar -y no volver a pensar sino pensar por primera vez- cuál es la condición del sistema capitalista hoy que volvió a ser el único y global.

La humanidad tardará muchos años en convertir estas ideas en reflexión que guíe la visión que tengamos de los siglos XIX y XX, frente a los cuales no existe ninguna aspiración ni reproche que formular, sino simplemente por qué fue, cómo fue y sigue siendo en esta segunda década del XX y no de otra manera.

Cualitativamente, este es otro momento parecido a tantos. Nunca fue posible establecer a priori una alternativa para el supuesto mañana inmediato. Y esta vez ese mañana sería otra ilusión, plantear un nuevo socialismo si ante el que no alcanzó a ser y que moría en 1989, gran parte de la población ya no lo supuso propósito. Tampoco se ha desarrollado la crítica necesaria al capitalismo que el siglo XIX aportó y que el siglo XXI acalló…

Ninguna ilusión por muy esperanzadora que haya sido argumenta hoy respecto del porvenir. Solo será posible pensarlo cuando hayamos descubierto la naturaleza del presente, por ejemplo, si se inició con este primer cuarto del siglo XXI…

Lo único de común que tenemos con el siglo XX es advertir que el socialismo no fue y que el capitalismo se afirmó en el mundo con las mutaciones que su evolución le imponen. Claro, con la fortaleza de los modos de producción que otrora duraran siglos sin que se los impugnara.

La esclavitud permaneció algo mas de cinco mil años. Solo al cabo de esos milenios, el drama impulsó una inconciente aurora.

Asumir una reflexión que nos permita cultivarla en un terruño de mañana, cuestionar el presente y recordar sus motivaciones impone soportar la mirada de tiempos y generaciones capaces de alcanzar e impulsar el futuro direccionado a ser…