El pueblo venezolano existe

La Constitución venezolana contiene un principio trascendente: la posibilidad de revocar el mandato del Jefe de Estado. Prerrogativa de los electores que en pocos países del mundo podría no tener desastrosas consecuencias para sus respectivas estructuras de poder.

De ahí que se ha optado en otros países por desconocer esa atribución y consultar a la ciudadanía con encuestas donde la normalidad es que el Presidente al posesionarse recabe mas del 51% de votos válidos y a la mitad del período recepte el 95% de repudio de la población, sin consecuencias. Las encuestas absorben la libertad del electorado que contempla sin voz, conciencia ni organización su desastre.

El referéndum no era exclusivamente entre el ‘sí’ que revoca el mandato o el ‘no’ que lo mantiene. Se cuestionaba el destino: Venezuela vuelve al dominio riguroso del Banco Mundial, FMI y su red de servidumbre política o habiendo recobrado la soberanía se abre a impulsar su desarrollo y un nuevo sujeto histórico precedido por la gestación de empresas energéticas regionales, financieras, canales sudamericanos de TV, regímenes de protección ecológica, avance científico técnico, vínculos y objetivos de seguridad social, del trabajo y de procesos biológicos desde y hacia Sudamérica.

América Latina debe formar organismos militares subregionales y abordar criterios propios de seguridad. La unión militar de este subcontinente serviría para impulsar el desarme mundial. Tarea superior orientada al desarrollo humano.

La modificación de estructuras políticas y estatales es factible en pos de reformas comunes y Estados semejantes dispuestos a imbricarse en un sujeto social distinto. Búsqueda bolivariana que yace oculta en este continente que conoció la conquista, el genocidio, colonialismo y todas las formas de producción y explotación del trabajo.

Chávez cuestiona la política imperial manifiesta en el gobierno del presidente George W. Bush, quien interviene contra el gobierno venezolano por representar un nivel de resistencia regional a las pretensiones arbitrarias de control de recursos en Latinoamérica.

Chávez cuenta con una base social que hacía imposible que pierda el referéndum. Su presencia ha significado la politización superior del pueblo. A la inversa de lo que sucede en Colombia y Ecuador donde la política es objeto de abandono en nombre de una moral sin política que garantiza la impotencia social.

De otra parte, la presencia política de Chávez va mas allá de los tradicionales sindicatos obreros, asociaciones étnicas o en la llamada «sociedad civil» reducida a ONGs organizadas y financiadas por la administración norteamericana.

Su fortaleza está en muchedumbres. Masas que no han sido observadas ni arrebañadas. Negros, indios, mulatos y el mestizaje. Se suma la marginalidad social producida por la antigua estructura de poder y sus partidos Acción Democrática y Social Cristiano COPEI.

El desconocimiento de su representación en el Estado, hoy que esas masas han diferenciado la significación de su presencia, podría haber marcado un quebrantamiento propio de contradicciones que arman guerras civiles.

La oposición llama fraude al triunfo abrumador de Hugo Chávez.

Votaron los que nunca existieron. Estaban habituados a un cuerpo colegiado representante del viejo poder que hablaba en nombre del pueblo. Y esta vez habló el pueblo sin mediación.

Su presencia convoca a Latinoamérica. Advierte algo que habían olvidado estas naciones. Recuerda que Bolívar es principio de organización de nuestras naciones y motivo de orgullo regional. Dota a estos pueblos no solo de historia sino de destino. Llama a permanecer en la historia como naciones y pueblos.


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