El neoliberalismo

La economía política del capitalismo respondió a la interrogante sobre la fuente de valor, el excedente, sus manifestaciones y las causas del crecimiento de la riqueza social.

La cuestión encontró explicaciones diversas. Para el mercantilismo, se convirtió en principio la afirmación de que «nadie gana mas de lo que otro pierde».  Los usurpadores eran los hacedores de excedentes.

Del mercantilismo se pasó al tiempo de los fisiócratas. Estos advirtieron el error. La esfera de la producción agrícola (la tierra misma) creaba el remanente que no era fruto de la usurpación.

Adam Smith y David Ricardo plantearon que la génesis del valor está en todos los procesos productivos.  Para ellos el excedente tiene su origen en la productividad, donde la tierra, el capital y el trabajo lo generan.  Desarrollaron la teoría de los factores de la producción,  dudaron sobre ella y la fuente del valor y reiteradamente afirmaron que era el trabajo.

Marx destacó el doble carácter del trabajo, recuperó los adelantos de los clásicos y la pregunta acerca del plus valor.  Su teoría ofreció la respuesta: la fuente del valor y de la plusvalía radican en el consumo de la fuerza de trabajo. 

Luego, al final del siglo XX, la revolución científico-técnica relativiza todos los avances pretéritos. La fuente del plus valor ya no esta única ni exclusivamente en el consumo de la fuerza de trabajo, sino en la ciencia como fuerza productiva directa  y en su distribución.

Si fueron enormes las diferencias de las estructuras artesanal, industrial y automatizada, cuánto mas diverso y universal resulta el proceso organizativo que desata la ciencia como fuerza productiva directa.  Esta universalidad genera el fenómeno de la economía mundial.   Las relaciones internacionales resquebrajan y penetran las relaciones productivas nacionales y dan paso a la unidad del proceso económico.

Los modernos vínculos empresariales, su cualidad, la amplitud colectiva y la subordinación al proceso global son de tal magnitud que modifican la acepción de propiedad privada y la misma noción de medios e instrumentos de producción.  En síntesis, mutan las relaciones sociales, el fundamento científico-técnico y los sistemas de la reproducción.  Este conjunto implica otras leyes del desarrollo, atributos originales de la economía, contenidos inaugurales, formas frescas y apariencias inéditas.  La Economía Política pasa de buscar la fuente del valor a la del descubrimiento de las regularidades que rigen el proceso actual de reproducción y consumo.

La política va a la zaga de la transformación.  Por ello es difícil percibir e interpretar la enormidad del cambio -el mayor de la Historia- que se realiza en la penumbra de la anciana política.  Carece aún de representación propia, pero marcha con objetividad forjando las determinaciones de la mas elevada conciencia.

¿Qué compresiones conocemos de este fenómeno? Una, de significación internacional, la denominada doctrina neoliberal  que se arroga la exclusividad para definir este momento. Existen más, pero de menor ámbito. Y se añaden los entendimientos que explican el presente desde los conceptos y la ciencia de ayer.

Este presente se comprenderá desde una teoría nueva que haya roto con las categorías del pasado (del capitalismo), que descubra en el mercado la ineludible condición del progreso y en la producción mundial el horizonte menos heterogéneo del nivel de desarrollo de los pueblos.  El neoliberalismo es una montaña solitaria de aproximaciones, no una teoría, pero comporta los primeros reconocimientos.

El neoliberalismo surge como la primera percepción de la nueva historia, como fue el mercantilismo al nacimiento del capitalismo. La condena al mercantilismo no podía ser confundida con la crítica al capitalismo naciente.  Ese mundo tuvo que ser explicado después.