Aturdimiento

El diálogo Gustavo Noboa-gobierno/Antonio Vargas-CONAIE, bajo condiciones de fuerza, es otro síntoma de la vetustez del poder y su desmesurada presencia, la estrecha representatividad gubernamental y el reducido e íntimo círculo de intereses que ejercita el gobierno.

Al decretar Estado de Emergencia, el Presidente mostró su colmo de temor y debilidad.

Los pueblos indios no han conocido otra relación con el poder que no sean asesinatos, engaños y derrotas. Su cultura no comparte las fobias de las élites cuyo aturdimiento urde y teje la comunicación en Ecuador.

Un sector de las cámaras que con facilidad acude al revolver no advierte que el gobierno ha encasquillado sus palabras, que carece de capacidad para manejar la emergencia y mas aún una dictadura, que la represión no es solución.

En sí misma, la situación de los pueblos indios es una denuncia, y con su protesta desnudan el horror que sienten las cúpulas ante las masas que, sin saberlo, esta vez niegan desmesuradas ambiciones circunstanciales de grupúsculos de mandatarios involucrados hoy en el Plan Colombia y en cuatro negocios “gubernamentales” que han perturbado su pensamiento y la paz del país.

Fuerzas Armadas debilitadas podrían convertirse en un espejo roto, en cuyas partes se verían solo fracciones en lucha de la nación.

La represión no contribuye a la unidad del país ni de las Fuerzas Armadas. Menos aún cuando se ejerce contra los pueblos indios, vertiente creadora –junto con las armas libertarias- de la nación ecuatoriana.

Un gobierno –privado de política militar- no debe usar a las Fuerzas Armadas para resolver un problema que no tiene salida militar.

Si la “solución” estuviera en la violencia, el triunfo inmediato sería de la misma crema del establecimiento. Mientras crece el magma social.

La inconciencia de la corte y su servidumbre es absoluta. Basta mirar en algunos medios de comunicación el sarcasmo, la caricatura, la oprobiosa publicidad para percatarse del desconocimiento de las etnias y culturas existentes en Ecuador. A la vigencia de la discriminación y el racismo, se suma el atraso que recrean los grupos dominantes.

La causa de los pueblos indios existe sin límite. Corresponde al destino de los pueblos del mundo. Emergen de recientes determinaciones del proceso mundial que hace de las nacionalidades sujetos actores de la nueva historia. Han crecido desde el levantamiento de junio de 1990 hasta este febrero de 2001, a un ritmo que supera al de la reflexión del poder.

Si el gobierno no cede, ganará con engaños y sangre india. Será un capítulo mas de la tragedia en las relaciones interétnicas.

El FMI y América toda entienden que Ecuador ha hecho concesiones de su soberanía, que ningún Estado del continente se atrevería a imaginar. Bien podría el Fondo ofrecer un respiro al gobierno, diciéndole: no insista tanto en el IVA, baje el precio del gas, suprima esa distracción del kerosén, prometa paz al Ecuador y firme, calladamente y sin tanto aspaviento e inútil propaganda, el contrato con la OCP Limited…, y todo pasará de agache. Nadie caerá en la cuenta…   Así es el saber del Fondo y su experiencia.

Lo que está en juego rebasa en mucho las medidas económicas. El gobierno quiso encerrar la discusión en los ajustes. Y cada día le plantearon otros aspectos que pudieron haber llegado a ser no-negociables. Entonces, el mismo poder que ha dirigido los últimos golpes de Estado hubiese podido intentar otro.

Por ahora, no hay necesidad de substituir a Noboa. Aunque ha perdido autoridad política y moral en el plano nacional e internacional, y demostrado incapacidad para gobernar la diversidad social de Ecuador.


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