La política exterior siempre proyecta la política interna. No obstante, en Ecuador responde directamente a sugerencias, presiones e intereses externos en lo territorial, económico, político y militar.
El petróleo es aún recurso fundamental. Las potencias y su instancia dirigente, Estados Unidos, emplean redes financieras, políticas y militares para su control. Se añade la institucionalidad internacional, al parecer andamiaje administrativo del G-7.
El historiador Paul Kennedy en su libro Auge y caída de las grandes potencias descubre en el sacrificio de recursos económicos por la supremacía militar una de las causas de decadencia de las grandes potencias. Su obra es advertencia premonitoria ante el costo que la administración norteamericana prevé para su propia “seguridad”.
El Congreso Nacional ha resuelto “autodepurarse”, según el decir de algunos de sus personeros. Y están seguros que guiados por “la anticorrupción” (moral oficial del Estado ecuatoriano) desatarán lucha feroz contra “calendarios sospechosos”, conciencias de alquiler, “reventa de pasajes” y más pecados encubiertos, medio imaginados y medio ciertos.
El Congreso Nacional resolvió no conocer la petición del Presidente de la CSJ encaminada a requerir un paso procesal para el enjuiciamiento al ex-Presidente Mahuad por miedo a la anulación de los juicios planteados contra el ex-Presidente Abdalá Bucaram.
Ecuador transita un momento de parálisis en su economía. Las causas inmediatas de esta situación están ligadas a responsabilidades que se desprenden del Gobierno y el Congreso, en particular, de sus desgastados líderes reales.
En este año 99, el 6 de febrero es el segundo aniversario del último golpe de Estado, drama real del quebrantamiento y la simulación del Derecho. El poder había sentido la amenaza de una política que tendía a reestructurarlo.
El día martes 14 de octubre en las primeras horas de la noche el presidente Mahuad se presentó ante el país y transmitió la proposición final: o se acepta la propuesta de los Garantes cuyo parecer será vinculante (y tradujo obligatorio para las partes) o quedan únicamente la paz armada y la guerra.
Hace 3000 años un legislador espartano advirtió: «el pueblo no obedece las leyes si no le dan ejemplo de obediencia los magistrados». Aquello no fue una lección sino un presagio. La profecía se ha cumplido en todos los tiempos. También, en nuestro país. Ahora se diría que en el horizonte solo acecha la desobediencia del…
Toda declinación ideológica adquiere peculiaridades maniqueas. Ante la inconsciente estupefacción social por la evolución, las envejecidas nociones se mutan en imágenes fijas y pautan adhesiones acríticas, posturas unidimensionales y ocultamientos de los intereses en juego. Sus actores disputan recitando un libreto escrito para la inocencia del subdesarrollo.