También con nuevos actores, Ecuador revive el pasado.
El cambio de la historia universal a partir de 1989 es uno de los mayores de que se tenga noción.
Cerca de Cracovia está Auschwitz, fue campo de exterminio, hoy museo de los horrores del fascismo. Una inscripción en la parte superior de la puerta de acceso recibe al visitante, “el trabajo os hará libres”. El recién llegado de golpe se transporta en esas ultrajadas palabras.
El mundo está espectando una transición grave. La economía avanzó mucho y su representación política quedó atrás. Los nuevos procesos no tienen encarnación política. Son clasificados desde una visión anterior y no desde una comprensión que se reconozca en la evolución que nos envuelve.
Los administradores del Estado ecuatoriano resolvieron inconscientemente incorporar el país a la guerra civil de Colombia.
Concluyó transparentemente la III Cumbre de las Américas.
Una población que se agota así misma por miedo a la impotencia colectiva está frente a la omnipotencia de la trinidad, banca-Estado-medios, de este inicial 2001.
Cuando la Iglesia Católica había alcanzado el cenit de su fortaleza “cristianizó” a los pueblos aborígenes de América. El método fue una práctica cuyo nombre estremece la historia del dolor, la Inquisición.
En Perú, al fin volvió a triunfar la “democracia”.
El proceso electoral del 21 de mayo deja lecciones.