La convivencia pacífica entre Estados se revaluó a partir del conflicto que encendió la violación de la jurisdicción venezolana en la captura de Rodrigo Granda por parte del Estado colombiano.
En la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe-Unión Europea, en Río de Janeiro, Brasil, el día 29 de junio de 1999, tomó la palabra y dijo: