El 15 de enero, el Presidente rindió su informe sin considerar la situación de la nación ni su política frente a esa situación. Simplemente, trasladó los memorandos de tareas de sus Ministros y acentuó las diferencias con un sector de la oposición.
Desde 1976, a partir del reordenamiento del sistema político, el PSC, ID y DP se constituyeron en principales actores, representantes de la “modernidad financiera” que conduce al Estado.
La guerra civil de Colombia —en esta fase inicial de regionalización— exhibe cierta mutación. Estados Unidos adquirió y dirige ideológica, política y financieramente un aspecto del conflicto ante la debilidad militar, social y administrativa del Estado colombiano.
En 1976, a poco de haberse instaurado el poder especulativo que sustituyó al agro-exportador en la conducción del Estado se gestó una transformación en la élite política: dejó de representar directamente al aparato económico y devino ropaje de una tecnocracia intermediaria del triángulo financiero-bancario-mediático.
El Informe 1992 de la Bolsa de Valores de Quito afirmaba que el mercado accionario había continuado deprimido a causa de la cultura empresarial, estructura familiar de las empresas, marco institucional de escaso desarrollo, etc. El volumen promedio mensual de operaciones en acciones había estado alrededor de los 42 millones, y su proporción con respecto…
El robo existió desde el surgimiento de la propiedad, no obstante solo la conversión de lo malhabido en capital transformó ese procedimiento en acumulación originaria, pañal del nuevo mundo.
El Ministro Andrés Barreiro merece la censura. Expresa una política envejecida que no corresponde a los intereses nacionales. Lo demostraron hasta la saciedad los diputados interpelantes, cuyas razones no necesitan mayoría parlamentaria para incorporarse a la conciencia social. La administración de ajustes desde el atractivo especulativo merece la condena.