El 21 de mayo, León Febres Cordero denunció un «crimen de lesa Patria». Contiene una exigencia que rara vez se presenta en la evolución política de los Estados. No se imputa un crimen que se resuelva en tribunales penales. Es un encadenamiento de dominación que, asumido concientemente, solo tiene solución política.
El gobierno que preside Lucio Gutiérrez ofrendó la diferencia, que lo constituyó el 21 de enero de 2000, al poder que se engendró el 1 de septiembre de 1975, fecha en que se inició, desde una funeraria, el asalto a Carondelet contra el gobierno que había decretado la obligatoriedad del salario (pago en dinero, no…
“El momento de la diplomacia ha terminado”, afirma el Departamento de Estado. Su práctica –mas persuasiva y visible- exhibe 200.000 super soldados listos para la invasión.
En el siglo XXI volvió a cambiar la función de la guerra y la paz. Mutó en la declinación de soberanías y economías subdesarrolladas, en el trastorno de la hegemonía de las potencias, en la unipolar militarización que escolta la globalización.
Este siglo XXI exhibe una potencia ideológica semejante al cenit de las grandes iglesias, cuando sus nociones fundamentan los intereses mas concentrados del globo.
Criticar una representación política es señalar sus determinaciones. Cuando la autoridad expresa directamente al poder, la crítica debe ubicar los intereses que constituyen las decisiones del gobierno.
El resultado electoral del 20 de octubre de 2002 estremeció al anciano régimen. Se cuestionó otra vez al poder gestado en los disparos que se hicieron contra Carondelet desde una funeraria.
La administración norteamericana decidió excluir a Ecuador del Tratado de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga, ATPA, por sus siglas en inglés.
La dolarización se impuso a Ecuador como política militar y no monetaria. No requirió reforma financiera ni transformación crediticia ni constitucional. Apenas, reconocimientos estériles sobre la pérdida de funciones del Banco Central.
Para el FMI (organismo subsidiario del gobierno de Estados Unidos), América Latina tiene un precio político distinto en cada país.