El forcejeo alrededor de la Corte Suprema de Justicia es síntoma de la catastrófica destrucción del Estado ecuatoriano que ha perdido autocontrol, defensas, capacidad legislativa y política.
El Ministro Andrés Barreiro merece la censura. Expresa una política envejecida que no corresponde a los intereses nacionales. Lo demostraron hasta la saciedad los diputados interpelantes, cuyas razones no necesitan mayoría parlamentaria para incorporarse a la conciencia social. La administración de ajustes desde el atractivo especulativo merece la condena.
“Los reglamentos agrarios, su inconstitucionalidad”. La carretera es una ventana hacia esta tierra de extraña placidez. El verdor o lo desértico, el agua y la diversidad de colores de la sequía anuncian la abundancia con que se mezcla el suelo con el cielo. Las garzas y los garrapateros sobreviven cuidando la piel del ganado. Un…