Emerge una nueva fuerza social. Intermediaria en los procesos productivos, afectada por la política económica impuesta hace 20 años. Discriminada y menospreciada. Corresponde a transportistas y nuevas generaciones de los pueblos indios.
El Derecho Penal siempre estuvo ligado a circunstancias ideológicas, activa la consolidación de los intereses que lo auspician, pertenece a la órbita de la subjetividad del poder e influye en el fanatismo colectivo.
Ecuador está atrapado en el pasado. Esa continuidad satura dramáticamente las publicitadas soluciones que carecen de trascendencia.
El sucre ya no forma parte de los factores del desarrollo, es el féretro múltiple de una política despedazada. No es, siquiera, ese instrumento de convergencia que fue al constituirse en moneda nacional. Hoy aparece lento en su andar. Se arrastra. Y solo interesa parcialmente.
Participamos de un tiempo que ha agotado la compasión, recurso de un agónico humanismo que quedó atrás. No hace mucho, el norte desarrollado se enternecía ante las tragedias que provocaban los desastres naturales y sociales -Biafra, Somalia, Ruanda-, motivaciones últimas de aquella conmiseración moribunda. Las teletonas acumulaban sumas equivalentes al premio de las loterías nacionales. …