El gobierno presidido por Gustavo Noboa Bejarano dejó que el tiempo macerara el espectáculo del Ministerio de Finanzas. Según su vocero, Oscar Zuloaga, conocían su preparación “desde diciembre”, pero al decir del Presidente no podían actuar a partir de “solo rumores”.
A comienzos de este siglo XXI, una fuerza del bien ha asumido la atribución de actuar contra el mal. Nada contrarresta su incontenible sed de justicia ni tan poderosa voluntad de acabar con los no competitivos, abundantes poblacionalmente. Estos excedentes se manifiestan como pueblos, culturas, economías, políticas, gobiernos, regiones, organizaciones, individuos.
Una cínica enseñanza se plasmó en la psiquis humana, la fuerza que se impone no necesita justificación, se supone potencialmente superior y no requiere argumentos. Esa dimensión, igual que un agujero negro, absorbe y disuelve todo lo próximo.
La transición económica que organiza la Unión Europea carece de representación política propia. A partir de 1991, ese espacio ha sido ocupado por la irrupción de la unipolaridad militar.
La red bancaria y su poder económico opera sobre la propiedad de los medios y determina su orientación garantizando la continuidad de su poder político.
Analistas de Wall Street ofrecen al mundo algunos vaticinios circunscritos a la coyuntura.
El diálogo Gustavo Noboa-gobierno/Antonio Vargas-CONAIE, bajo condiciones de fuerza, es otro síntoma de la vetustez del poder y su desmesurada presencia, la estrecha representatividad gubernamental y el reducido e íntimo círculo de intereses que ejercita el gobierno.
Durante este año, se agravaron las circunstancias de existencia de Ecuador, a pesar del aparente restablecimiento de índices macroeconómicos.
El 2 de mayo, diario El Universo publicó un despacho internacional, «EEUU advierte deterioro institucional en America Latina por desigualdad social». Informa que «según voceros del gobierno de los EE.UU., el peligro lo generan la creciente pobreza, la desigualdad, la ineficiencia de los regímenes y la corrupción».
En el ambiente hay un sentimiento de satisfacción. El presidente Mahuad fue derrocado. Su presencia lesionó intereses del país, infringió de manera reiterada derechos fundamentales, degradó la soberanía nacional, atentó contra la propiedad.