Una población que se agota así misma por miedo a la impotencia colectiva está frente a la omnipotencia de la trinidad, banca-Estado-medios, de este inicial 2001.
Cuando la Iglesia Católica había alcanzado el cenit de su fortaleza “cristianizó” a los pueblos aborígenes de América. El método fue una práctica cuyo nombre estremece la historia del dolor, la Inquisición.
El informe del Presidente al Congreso Nacional estuvo enmarcado en la denuncia del período de Jamil Mahuad. Denuncia que sirvió para encubrir la continuación de esa política, la representación de los mismos intereses que usaron al derrocado Presidente y lo convirtieron en desechable.
El siglo XIX concluyó con la convicción de que la guerra era la continuación de la política por otros medios. Así pensaron teóricos, grandes políticos y estudiosos de los conflictos bélicos.
Durante este año, se agravaron las circunstancias de existencia de Ecuador, a pesar del aparente restablecimiento de índices macroeconómicos.
La dolarización aporta recursos a la economía emisora. A más del señoreaje, los de una inflación superior al 100% y fundamentalmente las contrataciones que obtenga en el futuro inmediato.
El éxodo de un pueblo condena siempre las causas que lo provocan y maldice a los culpables.
El Plan Colombia fue concebido ante el choque de antagonismos reales por la conducción del Estado de la hermana república.
Despachos de prensa para América Latina cubrieron las primeras planas: «¡Fraude!», «Fujimori camina hacia la ilegalidad». Fue la declaración de un portavoz del Departamento de Estado que «pidió no ser identificado».
Ecuador ingresó hace dos décadas en el reino de la especulación. «Estrechar los cinturones» fue fórmula del monetarismo; la «flotación» o las «bandas cambiarias», su técnica; los ajustes, la virtud. Todo, de espaldas a la producción y la política social, pero «dentro de la ley».