El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ha hecho un llamado a los ecuatorianos encaminado a “desmitificar el componente militar del Plan Colombia”. El planteamiento tiene la polivalencia que ha caracterizado también los discursos gubernamentales y parlamentarios del Estado ecuatoriano.
La lucha contra el terrorismo, según la acepción-Bush, y a pesar de él, es lucha contra sí mismo.
La invasión a Irak exhibirá técnica de última generación, productividad en la mayor catástrofe humanitaria, manejo de recursos e inmediata administración norteamericana del petróleo en beneficio, dicen, del pueblo iraquí. Concluida la arrolladora debelación se desatará la caótica inestabilidad de la región.
15 de enero de 2003 se inicia un proceso político que confronta sueños (prematuros o tardíos) de un electorado que puso en escena a mandatarios de vínculos aparentemente frágiles y de brutales presagios de confrontación lanzados desde los representantes del anciano régimen en diversas funciones del Estado.
El triunfo del Partido Republicano en las elecciones del martes 5 de noviembre no es una variante del reiterativo círculo de la administración de Estados Unidos. El fracaso electoral del Partido Demócrata tampoco corresponde a los periódicos retrocesos que los dos partidos han sufrido o disfrutado en momentos previsibles (casi preestablecidos) de agotamiento o desgaste…
La administración norteamericana decidió excluir a Ecuador del Tratado de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga, ATPA, por sus siglas en inglés.
La dolarización se impuso a Ecuador como política militar y no monetaria. No requirió reforma financiera ni transformación crediticia ni constitucional. Apenas, reconocimientos estériles sobre la pérdida de funciones del Banco Central.
También con nuevos actores, Ecuador revive el pasado.
Comienzos del siglo XXI, caracteres nuevos del fenómeno de la globalización. La premonitoria guerra del Golfo (1991) coronó de laureles a Bush-padre que no advirtió la instauración de una cabeza militar a la globalización como lo haría Bush-hijo.
El Congreso Nacional ha resuelto “autodepurarse”, según el decir de algunos de sus personeros. Y están seguros que guiados por “la anticorrupción” (moral oficial del Estado ecuatoriano) desatarán lucha feroz contra “calendarios sospechosos”, conciencias de alquiler, “reventa de pasajes” y más pecados encubiertos, medio imaginados y medio ciertos.