Ecuador está atrapado en el pasado. Esa continuidad satura dramáticamente las publicitadas soluciones que carecen de trascendencia.
Quedaron atrás reclamos reivindicativos y propuestas de un sector de las cámaras que se reconoce ligado a la producción. Este no ha formulado una política que pueda dirigir su disputa contra el aparato financiero-especulativo del Estado.
La marcha del 8 de abril fue de los gremios de la producción. Protestaron contra las medidas económicas con planteamientos débiles y formas estrechas, lo que redujo el significado de la reclamación ante los ojos de la colectividad que proyectó en ellos sus propios deseos.
Los planteamientos de las cámaras en Guayaquil invocan algunos cambios en la política económica que, al decir de sus exponentes, significarían salir de la depresión. Y es posible que así sea.
El lunes 15 de marzo, en cadena de televisión, Jaime Nebot «se pasó» a la oposición. Su intervención desde el punto de vista económico carece de relevancia. En cambio, su instinto de poder lo condujo a actuar donde las circunstancias dictan.
Se replantea una pregunta tradicional «¿quién manda en Ecuador?». A Mahuad se le atribuye estar sometido al capricho, ilusiones y desventajas que le impone Jaime Nebot.
La inmadurez de las economías atrasadas consiente periódicamente que intereses ajenos al poder tradicional incursionen en alguna instancia del Estado. Esto basta para que ese poder reaccione en pos de la recuperación de la parcela perdida.
El sucre ya no forma parte de los factores del desarrollo, es el féretro múltiple de una política despedazada. No es, siquiera, ese instrumento de convergencia que fue al constituirse en moneda nacional. Hoy aparece lento en su andar. Se arrastra. Y solo interesa parcialmente.
Un sector avanzado del periodismo latinoamericano está interesado en elevar sus criterios, organización, producción, entendimiento, ética, profesionalismo y correspondencia con la colectividadtoda. La burocratización del periodismo -afirma- ha conducido a una nefasta mecanización en la obtención, elaboración y entrega de noticias, fundamentalmente en la televisión.
Un procedimiento habitual ha triunfado. Los intereses que vienen gobernando Ecuador reeditan la crónica de los ajustes y sus justificaciones. Ahora, esta hazaña corresponde al heredero y continuador de esa política, quien cuenta con el entusiasmo de la mayoría de las élites.