Las crónicas policiales destacan -en asaltos a bancos, financieras, grandes empresas- exitosos resultados: murieron dos, cuatro, ocho, once delincuentes. Nadie quedó vivo, si alguno fugó, por excepción, mas tarde fue encontrado y «cayó en otra balacera».
El pensamiento mas elevado del siglo XIX descubrió en el delito una forma de protesta inconsciente del individuo aislado contra la sociedad. Esto hizo del delincuente un ámbito transparente en el que se pudo observar la totalidad social. Más aún hoy, cuando esa totalidad no se entiende en nombre de otra sino en el de…