En Ecuador, no existe posibilidad política de organizar un poder distinto. En otros momentos, una oposición destinada a sustituir intereses que administran el Estado materializó cambios y en consecuencia transformó el instrumento político de la nación.
El ritmo de la evolución social generalmente se adelanta a ciertas palabras, denominaciones y lugares comunes que pierden su semántica originaria por esa mutación.
La globalización generada por avances de la ciencia y la técnica cuestiona a la denominada “comunidad financiera internacional” integrada por FMI, BM, BID, CAF y otros. Estas instituciones siguen iguales a su pasado.
La violencia de la política económica y la vacuidad de las relaciones públicas constituidas en fundamento de promoción y protección del gobierno van preparando una explosiva caldera social y, a la par, su prefiguración presagia que será aplastada. El gobierno lo presiente y de manera indirecta prepara la «pacificación» interior.
Hace 3000 años un legislador espartano advirtió: «el pueblo no obedece las leyes si no le dan ejemplo de obediencia los magistrados». Aquello no fue una lección sino un presagio. La profecía se ha cumplido en todos los tiempos. También, en nuestro país. Ahora se diría que en el horizonte solo acecha la desobediencia del…
Sobre el Ecuador se amontona toda la historia -no como pasado y presente-, únicamente como presente, tiempo sin ancestros, hecho de hoy y ahora: comunidad primitiva, esclavitud secreta, campesino siervo medieval, proletarios de los siglos XVIII y XIX, obreros ‘aristocráticos’, millones de marginados sin patrón, hacendados, amos empleadores, poderosos managers, banca de usureros y de…
La década pasada terminó en medio de apasionados requerimientos por la unidad de centros, izquierdas o derechas. La convocatoria identificaba «principios sólidos» y suponía «evidentes causas». Todo resultaba fácil. Pocos casilleros eran suficientes para repletar la elucubración política y su lógica.
El gobierno de Durán-Ballén asume con plenitud absoluta y sin respuesta nacional las demandas y presiones del mundo exterior. Se le impone el libre cambismo reducido en su misión, la venta del sector económico estatal, el impulso a un proceso económico sin filtro ni matiz de representación nacional (porque no existe, porque hay resquebrajamiento total…
El Grupo de Río y su manifiesto está cuestionando sigilosamente al sistema interamericano. La mayoría -la de los integrantes del Grupo de Río- no se atreve a tomar una decisión obligatoria para todos los miembros de la OEA, sino que opta por la simple proclama moral que precisa trasformar el sistema Interamericano.
Condición para los cambios es saltar hacia una cultura de la transformación en la que se involucren todos los sectores sociales, sus intereses y los hacedores de la opinión pública.