En los años 20, el imperativo empresarial exigía al Estado asumir los riesgos del trabajo, crear fondos de corresponsabilidad, garantizar que las pérdidas no afectasen las ganancias, indemnizar por mutilaciones. La falange de un asalariado, 50 centavos; un dedo, un sucre; la mano, dos sucres; un brazo, tres; las piernas, cuatro; la vida, cinco sucres.…
El invierno nórdico nos ofrece, entre copos de nieve, la aparición espontánea de un bonachón repartidor de bienes. Con los años, que ya suman siglos, perdió soledad. Ahora está rodeado de afanes mercantiles, en principio débiles y luego poderosos hacedores mágicos del espíritu regalón en el planeta. Acá, pocas cumbres y volcanes se congelan. El…
En el esplendor de las conquistas de Hitler, uno de sus temores creó y multiplicó los campos de concentración.
La Constitución venezolana contiene un principio trascendente: la posibilidad de revocar el mandato del Jefe de Estado. Prerrogativa de los electores que en pocos países del mundo podría no tener desastrosas consecuencias para sus respectivas estructuras de poder.
En las negociaciones del TLC se ha planteado la aspiración norteamericana de patentar algunos descubrimientos de seres biológicos.
Se ha propuesto la prolongación de la jornada de trabajo, a pesar de los índices de desempleo y subempleo que llegaron a niveles descomunales para luego disminuir por el éxodo de un elevado porcentaje de la población económicamente activa.
La adaptación bélica de organismos vivos para guerras previsibles creó y desarrolló armas biológicas, formas de bio-destrucción. Hito en la historia de la guerra que redescubre, independientemente de escudos y tecnologías, la vulnerabilidad humana.
La usura moderna cuenta con sus -también modernos- financistas, corredores de préstamos, intrigantes, jueces, escribanos, sirvientes, cocineros y cocheros de la banca.
Un procedimiento habitual ha triunfado. Los intereses que vienen gobernando Ecuador reeditan la crónica de los ajustes y sus justificaciones. Ahora, esta hazaña corresponde al heredero y continuador de esa política, quien cuenta con el entusiasmo de la mayoría de las élites.
El pesimismo social generalmente ha sido motivado por guerras, calamidades naturales, pestes, choques culturales, discriminaciones o por lo inalcanzable de la simple causa de la libertad.